El camino hacia el reportaje radial / David Welna: el sonido hecho reportaje

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La planificación


Yo, por mi trabajo actual de cubrir el Congreso de los Estados Unidos, tengo que producir reportajes en muy poco tiempo. Por ello, primero hago la selección de las voces o sonidos que voy a usar y establezco el orden en el que aparecerán en el reportaje. Eso me da una estructura. Luego voy escribiendo la narración entre esas voces. Siempre me sale mejor ese reportaje. Antes, cuando no tenía tanto apuro para hacer los reportajes, comenzaba escribiendo la narración y después buscaba entre todo el material una voz que pudiera servir para continuar con la idea. Realmente perdía mucho tiempo. Entendí entonces, que era más fácil escoger el material sonoro y escribir con base en él, la narración. Resulta mucho más aconsejable, cuando cada vez tenemos menos tiempo.

Si estoy haciendo un proyecto especial, trato de mantener contacto continuo con mi editor. Así puedo evitar caer en el caso en que, tengo cinco entrevistas y todo un esquema para hacer el reportaje, escribo el guión y mi editor escucha el material y dice: “bueno, por qué no hablaste con tal persona, o preguntaste sobre tal cosa o la estructura debe ser distinta.” Ese contacto constante entre reportero y editor resulta muy útil.

Pero siempre en el proceso de recolección de datos y voces, aparecerá material interesante que no cabrá en el reportaje. Ese material se puede usar para otro reportaje; muchas veces vale la pena guardarlo. Cuento una anécdota: teníamos en la NPR un aviso comercial que hizo el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, cuando trabajaba de jefe de Halliburton. En él, apoyaba a Arthur Andersen y sugería que era una maravilla el trabajo que hacía la firma auditora. En ese momento nadie pensaba dos veces esas palabras, pero como las teníamos guardadas, pudimos usar ese material mucho después, cuando se desató el escándalo de ENRON.


La estructura del reportaje documental

Lo primero es una introducción del conductor del programa de tal vez 25 segundos. Después hay una segunda introducción de parte del reportero, pero tomando en cuenta lo dicho ya por el conductor.

Luego de la introducción del conductor, siempre busco cómo establecer en la cabeza del oyente, dónde está ocurriendo el hecho. Por eso, muchas veces entro con un sonido ambiente. Es necesario pensar que quien va a escuchar, nunca ha estado ni estará en el lugar donde estamos transmitiendo. Además ese sonido ayuda a enganchar al oyente. Puede ser música (si se trata de un festival), el sonido de una fábrica (si es una cuestión industrial), o simplemente el ruido de la calle.

Un recurso que viene después es, usar sólo una frase de quien habla por primera vez, y ello obliga al oyente a continuar pendiente. Posteriormente, se establece un ritmo de narración y voces. A veces se puede poner la voz de una persona e inmediatamente la voz de otra, como si fuera respuesta a esa primera voz, y luego identificar a la segunda persona y darle chance de hablar un poco más. Es una de las técnicas que uso. Si son voces masculinas muy semejantes, a veces no funciona. Cuando hay sonido de ambiente distinto en el fondo sale mejor. Si son voces de hombre y mujer o viceversa, funciona muy bien.

Dentro del reportaje se puede usar, también, el recurso del vox populi (varias voces seguidas a manera de testimonio) y no quiebra el estilo del reportaje. La NPR insiste en que identifiquemos a cada persona, con edad y profesión si es posible. En ese caso, después de escuchadas las voces decimos: fueron las voces de tales personas. Cuando ellas no quieren dar su nombre, se da otro dato, como la profesión.

Establecer escenas es una buena estrategia para contar una historia. Aquí los sonidos sirven también para dar paso a una escena nueva, pero siempre hay que pensar dónde hay una oportunidad para cerrar o abrir el escenario. Realmente puedes tener varias escenas aún dentro del reportaje de tres minutos. No se trata de explicar cosas complicadas, sino dar una sensación de estar presente. A veces se puede hacer un reportaje con sólo narración y sonido, si tienes poco tiempo. Yo normalmente en mis reportajes trato de usar los tres elementos: narración, voces y sonidos.


El ritmo

¿Cómo enganchar a los oyentes que no están interesados en el tema que transmitimos? Es un problema que nunca se resuelve. En la radio, sin embargo, si tienes un comienzo muy interesante, encantas al oyente. Hay, además, un ritmo que es necesario mantener en el reportaje, para que el oyente esté ahí y no apague el radio o cambie de emisora. Para nosotros el mayor éxito de un reportaje es cuando la gente dice: “yo estaba regresando a casa en mi auto, con el programa de la radio y llegué, y no pude apagarlo porque tenía que escuchar hasta el final.”

Los reportajes suelen tener una duración promedio de 3 minutos y medio a 4. Un reportaje de más minutos (10, 15) se justifica, siempre y cuando haya mucho material para usar. Creo que cuando el reportaje tiene tanto tiempo, hay un poco más de espacio para desenvolver la idea. Establecer, por consiguiente, un ritmo más lento de lo normal, señala al oyente que se va a profundizar en esa idea. En un reportaje más corto, por el contrario, hay que establecer un ritmo más rápido. La esencia de un reportaje corto es la noticia.

Para efecto del ritmo, las citas pueden variar entre 10 y 25 segundos. Es lo normal. A veces uso sólo una frase grabada de la entrevista para introducir la voz de la persona y así, crear un poco de tensión en el reportaje. Una cita larga se justifica, cuando hay una pregunta del reportero en la mitad o también si hay una discusión entre dos personas que no sean el reportero. Yo cubro el Congreso de Estados Unidos y muchas veces, pongo apartes de un debate donde dos personas discuten. La grabación puede durar 40 segundos, pero ninguna de las dos personas habla más de 10 segundos seguidos.

En la redacción del reportaje se debe evitar el uso de tecnicismos, de jergas. La radio tiene que ser muy clara y su lenguaje asequible. Es necesario evitar al máximo las muletillas. Las frases deben ser cortas, para contribuir al ritmo del reportaje.


La tercera persona

Normalmente el reportaje debe hacerse en tercera persona, porque debe tratar de la noticia, no del reportero. Cuando se justifica, se mete la primera persona y hay que ser muy cautelosos con esto, porque hay algunos reporteros que quisieran ser los protagonistas.

Poner la voz de los otros es una manera de evitar el protagonismo del reportero en las notas. Yo pongo la voz de los otros, especialmente cuando se trata de una opinión. Juego el papel de narrador, más que nada. La meta en la NPR es que, lo que realmente sale de la nota es el material, no el reportero.

El periodista puede escribir en primera persona, si fue testigo de algo. Creo que si uno ve una explosión y la reacción de la gente, se justifica el “yo vi”. Pero eso de que “yo opino” o “yo digo”, hay que evitarlo.

En mi caso, sólo lo hago si estoy sosteniendo un diálogo con el conductor del programa y me pregunta: ¿qué opina? Ahí habló en primera persona porque es mi opinión

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